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El suprematismo, cuyo emblema puede ser el cuadrado negro sobre fondo blanco, plantea una nítida distinción entre actividad práctica y creación artística. El suprematismo equivale a la supremacía de la sensibilidad sobre la representación naturalista o expresionista. En el campo de la arquitectura prescinde de todo objetivo práctico. Son sensaciones plásticas. Un ejemplo es la arquitectura, construcciones reales pero carentes de un destino inmediato.
Entre el suprematismo y el constructivismo hubo convergencias, como la conformación abstracta, y divergencias: las sensaciones puras contraponen un elevado interés por la técnica del constructivismo.
Paralelamente a estos dos movimientos hay otra tendencia, la del formalismo. Se refiere a la teoría de la pura visibilidad. El formalismo en la arquitectura intenta el establecimiento de unas formas simbólicas y la institucionalización de un auténtico lenguaje arquitectónico comunicativo.
La vanguardia arquitectónica y la arquitectura del expresionismo
Existe una vanguardia arquitectónica expresionista y una producción arquitectónica de edificios con sello expresionista.
El expresionismo en arquitectura actúa con un notable retraso respecto al de los pintores, y solo adquiere consistencia en Alemania. En un clima de país derrotado, nace un movimiento artístico, al que se adhirieron entre otros Gropius y Mies Van der Rohe, en el intento de unificar el arte y el pueblo. La arquitectura era el punto de convergencia de todas las iniciativas. El cinismo y el conformismo son el lado negativo. El lado positivo se expresa en el entusiasmo por la realidad inmediata que resulta de considerar las cosas de manera completamente objetivas.
Para afirmar sus ideales de una arquitectura que tenga sus raíces en la espiritualidad frente a lo utilitario, que pretenda la unificación de todo tipo de trabajo creativo, desde el artesanal al mecánico, los expresionistas llevan su protesta a tal punto que rechazan todo compromiso profesional, reduciendo sus obras a los dibujos.
El desarrollo del expresionismo desemboca en el racionalismo. Las imágenes irrealizables de la vanguardia dieron lugar a una auténtica producción de edificios expresionistas. Lo primero es un desarrollo natural de la vanguardia hacia lo racional. La segunda es una corriente paralela que compite con el racionalismo. Entre el llamado utopismo de la arquitectura del expresionismo y el racionalismo riguroso no existe una contradicción, sino una continuidad.
En el expresionismo no se encuentran muchas constantes. Se puede mencionar el uso del hormigón armado con todas sus posibilidades plásticas, la adopción del vidrio independientemente de sus propiedades, el gusto por el detalle, la intención de fundir orgánicamente el edificio con el paisaje.
Zevi sostiene que el expresionismo es un componente permanente de la arquitectura moderna. Desde Gaudí y la capilla de Ronchamp de Le Cobuseir, hasta Gropius.

http://www.youtube.com/watch?v=t4YOmxvLUDI
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CUARTO "B". I.P.E.M. Nº349. |
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PROFESORA: PAMPLONA, PATRICIA. |
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